viernes, junio 04, 2010

Comercio electrónico y España

¿Qué está pasando? De verdad que no lo entiendo. ¿Cómo es posible que comprar un juego en Inglaterra, contratar a una empresa de transportes, traerlo en avión, ponerlo en el reparto y traérmelo a la puñetera puerta de mi casa sea más barato y rápido que comprar un juego en España? ¿Estamos locos o qué?

Desde hace mucho tiempo compro, siempre que me es posible, los juegos y las películas de importación. Y es que no hay comparación, un juego recién salido me cuesta en game o el corte inglés cerca de 70€, si no más. Una película en bluray me sale por 18€ y aquí por 30€. Si entro en Amazon UK, busco el mismo juego y me lo compro, me cuesta, en el peor de los casos, 50€ (juego recién salido, sin descuentos de ningún tipo), pero es que casi siempre me sale por unos 34€. Y encima, para rizar el rizo, ¡la mayoría de las veces es el mismo juego!

Todo esto sería menos sangrante si no fuese porque, además, el servicio de reparto es infinitamente mejor y más rápido. El otro día compré una cosa para mi mujer, en una tienda española, sita en Barcelona, con el producto presumiblemente en existencia y tienen las santas narices de decirme que tardan de quince a veinte días en servirme el pedido ¡¡¡QUINCE DIAS!!! En ese tiempo me voy a Barcelona, veo las ramblas, termino la sagrada familia, me vuelvo en el AVE, incluyendo los tramos interesantes, y aún así  me queda tiempo para hacer un pedido a una tienda en EEUU y llegarme antes de que el repartidor con el producto de mi mujer pique en la puerta. Y no es exageración, pedí mi kindle un martes y el lunes siguiente lo tenía en mis manos, y eso que tuve problemas en aduanas.

Creo que es un problema que está en las dos partes de la ecuación, clientes y negocios. Ojo, esto no se trata de la clásica crítica que el español medio tiene grabada en su genética. Es algo palpable y cierto, estamos en las tierras del buscón y el lazarillo, han pasado siglos desde entonces, pero en cierto modo, todos vivimos en medio de sierra morena y estamos como presa o depredador, pero siempre a la espera de poder aprovechar la ocasión de salirnos con la nuestra, de la manera más rápida y sencilla. Por esta razón, creo yo, los negocios en general siempre tienen al cliente como un enemigo, como una persona que intenta aprovecharse de cualquier grieta o ventaja y al final, le pese a quien le pese, gana el listillo y perdemos todos. Y por otro lado, tenemos unos negocios, que aun siendo extranjeros, tiene mente española y, por lo tanto, están en sierra morena de paseo también y pensando "Qué más da que esto sea muy caro, que lo compren, si total, todos tenemos el mismo precio".

Y así nos va. Que negocios prósperos fuera, aquí no funcionan, y nos dicen "Spain is different" y yo digo "¡Y un huevo diferente!", tenemos los mismos puñeteros gustos que cualquier otro país occidental, pero tenemos una cultura o una dinámica establecida tan arraigada, que somos incapaces de verla. Creo que ya es hora de dejar de mirarnos el ombligo y darnos cuenta que si otras cosas funcionan fuera, aquí también deberían funcionar.

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3 Comentarios:

At 6 de junio de 2010, 2:49, Anonymous Daniel Canomanuel said...

Gonzalo, sin duda es una buena reflexión... ¿Qué está pasándo? Un saludo, Daniel Canomanuel

 
At 7 de junio de 2010, 10:20, Blogger Gonzalo said...

Hombre, es que uno se cansa de que le tomen el pelo. No es posible que en este mundo "globalizado", donde puedo acceder desde el salón de mi casa a lo que vende un chino o un estadounidense, me encuentre que uno de Madrid o Murcia quiera, no solo cobrarme más por el producto y el servicio, si no que tarde más y tenga más problemas.
Crisis a un lado, el comercio electrónico tiene muchas barreras que romper, no solo en miedos y chamanismos tecnológicos, si no en las actitudes de vendedores y compradores.

 
At 19 de junio de 2010, 20:38, Anonymous Bukran said...

Amén.

 

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