jueves, junio 19, 2008

El realismo en las películas

Ayer comentaba el tema sobre el realismo en las películas. Pero tranquilos, esto no es una crítica al mucho o poco realismo del cine. Yo no soy de los que creen que una película deba ser realista según las leyes del universo, pero soy ferviente creyente de que las películas deben ser realistas dentro del mundo que crean y plantean. Así, me creo explosiones de una planeta con un laser muy concentrado o que una persona pueda transformarse en un animal

El problema viene cuando la propia película, el director o el guionista, no es fiel a lo que nos propone. No se pueden establecer unas reglas y luego no cumplirlas, es en ese momento cuando a mi las cosas me chirrían y me molestan. Es en ese momento cuando una película que me estuviese gustando, pasa a molestarme. Dependiendo del fallo puede molestarme más o menos

Vamos a poner unos ejemplos para explicarme, así, con un poco de suerte, me entendéis mejor. Voy a coger dos casos, recientes, y los vemos. Por ejemplo, tenemos el magnetismo mágico de la puticalavera. Y digo mágico porque aparece, desaparece o cambia a gusto del consumidor. No se puede poner a Indy, que para buscar el elemento en cuestión saca pólvora de unos cartuchos y la suelta en el aire, esta se comporta como una nube que es atraída por el magnetismo (dejaremos a un lado que la pólvora en realidad no es magnética, ya que estamos en proceso de suspensión de la realidad). Pues bien, tenemos un elemento A (la puticalavera) que emite unas hondas magnéticas mágicas que atraen a B (la pólvora) de manera exclusiva en estos momentos, porque cualquier otro elemento no es atraído. Ya que mientras B va hacia A sin muchos problemas, el resto del entorno (lámparas, focos, coches, motores, armas, balas, la pólvora dentro de las balas, etc.) no se ven afectados en absoluto. Cuando B llega a A, rompen la caja, en ese momento, el estado de A debe cambiar, porque elementos del escenario (lamparas en este caso) se ven atraídos por este magnetismo mágico. Todo estalla y hace el típico zumbido de magnetismo (zummmmmmmm).

Como ejemplo número dos tenemos Ironman, como ya sabéis, me gustó, era entretenida y en general, no chirriaba mucho. Lo más chirriante fue que Tony se pasa media película, literalmente, aprendiendo a volar, a manejarse y a usar el traje con agilidad. Pero, ¿Qué pasa al final?, que el malo pilla otro traje, que no había usado nunca y es el puto amo del universo con él. Vuela, salta, corre y pelea como el jodido Bruce Lee. Pues, no!! No vale, si el prota ha tenido que aprender, el malo también. ¿Tan dificil habría sido poner una escena de 2 minutos donde se vea al malo ponerse el traje, probarlo y ver como funciona?, solo con esto hubiese sido más que suficiente, ¿No?

No sé, es posible que con la edad me haya hecho un cascarrabias, pero creo que, en general, soy igual que siempre. Solo quiero que las cosas sean consecuentes y tengan sentido. Que las cosas que se dicen en pantalla tengan una base dentro de la propia película. Y no me vale lo de "se están autoparodiando" o "es que eres un quejica". No quiero realismo, ¡¡¡quiero que las cosas tengan sentido dentro del universo al que me han propuesto sumergirme!!!

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1 Comentarios:

At 19 de junio de 2008, 18:16, Blogger Carlos de la Cruz said...

Efectivamente, yo te veo igual que siempre... igual de cascarrabias ;). Eso es algo que no ha cambiado con la edad :P.

En cualquier caso, estoy de acuerdo contigo. Es lo mismo que sucede cuando dices "es imposible que esta tía tenga una vara de acero atravesándola, se la quiten, y tres escenas después esté corriendo tranquilamente". Vale, de acuerdo, en la misma película hay un monstruo de 50 metros asolando Nueva York, PERO, mientras que aceptamos la existencia del monstruo como algo del universo de la película, lo de la tía no nos lo tragamos porque ha quedado establecido que, salvo el monstruo, el resto de la "física" del universo es similar a la del nuestro.

En cuanto a Iron Man, no me molesta que el malo maloso sepa volar y luchar guay con la armadura, pero sí me chirrió más el hecho de que Tony Stark tenga un agujero en el pecho por donde se pueda meter una mano hasta casi el codo... ¿y las costillas? ¿y el plexo solar? ¿¡a qué coño de engranaje va unido el cable ese que cuelga del generador!?

Todos tenemos nuestras cosas que nos chirrían en las películas, es sólo cuestión de buscarlas ;).

La que más me molestó en los últimos tiempos fue la transformación vertiginosa de Anakin Skywalker al mal... copón, seguro que se podría haber hecho de forma algo más sutil o creíble.

Saludetes,
Carlos

 

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